De barbarismos y boxeadores adictos al chorizo
En los medios de comunicación se repiten las noticias que apuntan la bajada del turismo por influencia de la crisis. Menos turistas y más tacaños, lo que algunos periodistas han bautizado como turistas low cost. Estos turistas low cost planifican su viaje, mayoritariamente, a través de Internet y muchos echan mano del couch surfing, el interrail y los Mac Donalds. No es de extrañar que con tanto barbarismo suelto, en España se haya notado el bajón consumista de vacaciones.
No obstante, también hay gente que se beneficia de las crisis. Es el caso de los campings y los apartamentos. Muchas familias, en vez de optar por suprimir las vacaciones, han preferido recortar gastos por algún lado: priorizando el turismo nacional, bajando la categoría del alojamiento y el número de noches, comiendo de tupper algún que otro día y buscando cualquier tipo de oferta last minute para torrar el body al sol.
A los que se pasan con la dosis de playa les toca rociarse con after sun y, entre baño y baño, qué mejor que una coke en un chiringuito (espero no leer jamás un anglicismo que substituya esta palabra tan nuestra).
Eso sí, ya puede picar el bolsillo que son pocos los visitantes que se marchan sin algún que otro souvenir, ya sea más o menos relacionado con el lugar y con más o menos gracia.
Los turistas low cost, además, no dejan propina, viajan en transporte público e intentan resucitar contactos con algún conocido (aunque sea indirectamente) con tal de dormir en su casa y ahorrarse unas perras. “-Hombre, Manolo, ¿te acuerdas de mí? Casualmente estoy por tu ciudad la semana que viene. No sabes las ganas que tengo de verte…”
Algunas guías, como la Barcelona Tourist Guide dan una serie de consejos a los turistas para que conserven el poco (o mucho) dinero que lleven encima y no sean víctimas fáciles de los "ladronzuelos castizos". Algunas de las recomendaciones son tan lógicas como olvidarse de ir con la cámara réflex colgada al cuello o no ir mirando mapas con cara de póquer por la calle. Otros consejos más divertidos son que se disfracen como los locales e intenten camuflarse entre la población para no ser presa de los carteristas.
Y en este punto es cuando relaciono los consejos de esta guía y tantas informaciones sobre turismo y crisis con una noticia sobre tópicos españoles en los videojuegos.
El País digital publica hoy un artículo que asegura que los tópicos de la España cañí se mantienen en los videojuegos que recrean escenas en nuestras tierras: o sea, toros, sevillanas, olé-olé y muchos catetos en una ambiente subdesarrollado. Me he reído un rato con el personaje de Romeo (¿cuántos Romeos has conocido en tu vida que sean españoles?) de Facebreakers, un videojuego sobre boxeo. El susodicho boxea con artes de torero a ritmo de reggaeton y es adicto al chorizo.
Espero que el visitante que lea la Barcelona Tourist Guide no sea aficionado a Facebreakers porque, si no, ya me imagino a un guiri vestido de torero, con guantes de boxeo, un chorizo colgado al cuello y un sombrero de mexicano en la cabeza. Eso sí, evitará mostrar la cámara réflex de manera ostentosa.
No obstante, también hay gente que se beneficia de las crisis. Es el caso de los campings y los apartamentos. Muchas familias, en vez de optar por suprimir las vacaciones, han preferido recortar gastos por algún lado: priorizando el turismo nacional, bajando la categoría del alojamiento y el número de noches, comiendo de tupper algún que otro día y buscando cualquier tipo de oferta last minute para torrar el body al sol.
A los que se pasan con la dosis de playa les toca rociarse con after sun y, entre baño y baño, qué mejor que una coke en un chiringuito (espero no leer jamás un anglicismo que substituya esta palabra tan nuestra).
Eso sí, ya puede picar el bolsillo que son pocos los visitantes que se marchan sin algún que otro souvenir, ya sea más o menos relacionado con el lugar y con más o menos gracia.
Los turistas low cost, además, no dejan propina, viajan en transporte público e intentan resucitar contactos con algún conocido (aunque sea indirectamente) con tal de dormir en su casa y ahorrarse unas perras. “-Hombre, Manolo, ¿te acuerdas de mí? Casualmente estoy por tu ciudad la semana que viene. No sabes las ganas que tengo de verte…”
Algunas guías, como la Barcelona Tourist Guide dan una serie de consejos a los turistas para que conserven el poco (o mucho) dinero que lleven encima y no sean víctimas fáciles de los "ladronzuelos castizos". Algunas de las recomendaciones son tan lógicas como olvidarse de ir con la cámara réflex colgada al cuello o no ir mirando mapas con cara de póquer por la calle. Otros consejos más divertidos son que se disfracen como los locales e intenten camuflarse entre la población para no ser presa de los carteristas.
Y en este punto es cuando relaciono los consejos de esta guía y tantas informaciones sobre turismo y crisis con una noticia sobre tópicos españoles en los videojuegos.
El País digital publica hoy un artículo que asegura que los tópicos de la España cañí se mantienen en los videojuegos que recrean escenas en nuestras tierras: o sea, toros, sevillanas, olé-olé y muchos catetos en una ambiente subdesarrollado. Me he reído un rato con el personaje de Romeo (¿cuántos Romeos has conocido en tu vida que sean españoles?) de Facebreakers, un videojuego sobre boxeo. El susodicho boxea con artes de torero a ritmo de reggaeton y es adicto al chorizo.
Espero que el visitante que lea la Barcelona Tourist Guide no sea aficionado a Facebreakers porque, si no, ya me imagino a un guiri vestido de torero, con guantes de boxeo, un chorizo colgado al cuello y un sombrero de mexicano en la cabeza. Eso sí, evitará mostrar la cámara réflex de manera ostentosa.
1 comentarios:
Acabe de penjar el post i he anat a llegir El Periódico de Catalunya, on he trobat un altra atracció turística molt peculiar...
http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=639503&idseccio_PK=1022
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